Nuevas investigaciones de la UCR buscan soluciones urgentes contra COVID-19
La pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, agente causal de la enfermedad COVID-19, ha afectado a la mayoría de las naciones del mundo, incluyendo a Costa Rica, provocando miles de muertes, desempleo y pobreza; trastornando con ello todos los ámbitos de la vida social, económica, política y hasta cultural.

La Dra. Carolina Santamaría, del INISA, junto a su grupo de investigación, analizará las aguas residuales de todo el país buscando la presencia del coronavirus SARS-CoV-2.
El estudio en aguas residuales podría indicar sitios de circulación activa del virus aún en zonas sin casos reportados |
11 jun 2020
Dos científicas del Instituto de Investigaciones en Salud de la Universidad de Costa Rica (Inisa-UCR) encabezan un estudio único en el país que permitirá cuantificar, en las aguas residuales de todo el territorio nacional, la carga viral del SARS-COV-2 (el virus que causa la enfermedad del COVID-19).
Este es el siguiente paso que pretende dar la institución y el AyA en el análisis sobre la presencia del SARS-COV-2 en algunas zonas del país.
El Instituto de Investigaciones en Salud (INISA) de la Universidad de Costa Rica (UCR) trabaja en conjunto con el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) para identificar la presencia de COVID-19 en aguas residuales. Ahora, INISA buscará contabilizar cuántas partículas hay en las muestras que den positivo.
El Inisa-UCR será capaz de estimar la dosis de la radiación ionizante que una persona recibió accidentalmente
Después de un arduo trabajo científico para elaborar una curva dosis-efecto, el servicio de Dosimetría Biológica finalmente se brindará a través del Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa) de la Universidad de Costa Rica (UCR). El objetivo es claro: estimar la dosis que una persona expuesta a sobreirradiación ionizante recibió accidentalmente.
Costa Rica ya se encuentra mejor preparada para enfrentar emergencia radiológica

En setiembre de 1996 el país se conmovió ante la peor tragedia médica de su historia, cuando en el Hospital San Juan de Dios, 115 personas fueron expuestas a radiaciones de hasta un 73% más de lo que deberían haber recibido, esto les provocó diarreas, quemaduras severas y a algunos hasta la muerte.
A lo largo de más de 30 años de sucedida la tragedia, el país ha tratado de irse preparando para prevenir un accidente similar con la adquisición equipos más modernos, la capacitación del personal, la calibración de los equipos etc.