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Un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones en Salud (INISA) podría revelar la susceptibilidad de algunos genes hacia los plaguicidas y otras sustancias tóxicas que son factores de riesgo para el desarrollo de leucemia infantil en el país.

El estudio, que comenzó en el 2008, arrojó algunos resultados preliminares que muestran que los individuos que poseen el alelo nulo para el gen GSST1 tienen el doble de riesgo de desarrollar leucemia infantil, situación que podría agravarse con la exposición a este tipo de sustancias químicas.

“Nosotros podemos estar expuestos a distintas sustancias. Hay diferencias individuales que hacen que todos seamos diferentes a la hora de metabolizar las sustancias tóxicas. Tenemos una serie de marcadores moleculares que tienen que ver con el metabolismo de sustancias tóxicas y con la capacidad de reparar el daño en el ADN de las células. Juntando todos esos datos, los datos epidemiológicos y los moleculares, queremos ver si podemos encontrar factores moleculares que también sean de riesgo”, explicó la Dra. Cuenca.

Los resultados preliminares del proyecto de investigación “Colaboración para el desarrollo de la epidemiología molecular: Exposición ocupacional y ambiental de padres y madres a contaminantes químicos y leucemias en niños”, fueron presentados en el XIV Congreso Latinoamericano de Genética y en el VIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Mutagénesis, Carcinogénesis y Teratogénesis Ambiental en Viña del Mar, Chile, entre el primero y el cinco de octubre, mediante una exposición oral por parte de la Dra. Cuenca y dos afiches de las estudiantes Balbina García y Mildred Jiménez, quienes realizan sus investigaciones de posgrado en el marco de este proyecto.

Los trabajos de las investigadoras fueron escogidos para ser presentados entre 900 participantes inscritos y más de 600 afiches o material gráfico impreso.

“Nosotras tres fuimos las únicas representantes costarricenses del Congreso. Fue muy provechoso, porque se dio a conocer una parte del quehacer científico costarricense”, agregó la Dra. Cuenca.

Desde hace dos años

Este proyecto corresponde a la segunda etapa de un estudio que inició el Instituto Regional para el Estudio de las Sustancias Tóxicas de la UNA (IRET), con una base poblacional en la que se incluyeron todos los niños entre 0 y 14 años diagnosticados con leucemia infantil desde 1995 hasta el año 2000.

Además de ese grupo se tomó un grupo de niños control para poder estudiar a los plaguicidas como un factor de riesgo para leucemia infantil.

Esta primera fase consistió en el trabajo de campo y la estimación de la exposición ocupacional a plaguicidas. Se encontraron indicios de que esa exposición ocupacional sí puede representar un factor de riesgo especialmente alto para las madres expuestas en el primer trimestre del embarazo.

En el estudio del IRET también se tomaron muestras de células del epitelio bucal con las que ahora el INISA realiza sus estudios, pues tiene una trayectoria importante en estudios con marcadores moleculares asociados a cáncer.

Este proyecto se desarrolla en el marco del proyecto colaborativo IRET-INISA con fondos otorgados por el CONARE, pues resultaron ganadores en la convocatoria del año 2008.

La doctora Patricia Cuenca Berger, directora del INISA, explicó que este tipo de estudios se realizan poco en el mundo. “Nuestro interés es hacer algo que pocos estudios han hecho en el mundo: asociar exposición con enfermedad y con factores genéticos, es decir, tratar de entender un poco más sobre la capacidad que cada persona tiene para defenderse y reparar el daño que la exposición está causando en sus células”.

La Dra. Cuenca y las estudiantes de postgrado, Bióloga Balbina García Reyes y Microbióloga Mildred Jiménez, aseguran que este tipo de investigaciones contribuyen con la salud de los costarricenses, pues identifican riesgos carcinogénicos de este tipo de sustancias cuando interactúan con ciertos factores genéticos.

Los resultados presentados en los Congresos son preliminares pues todavía hace falta la mitad del estudio de células del tejido epitelial bucal. “Cuando tengamos todos los resultados podremos hacer asociaciones estadísticas más complejas”, aseguró Cuenca.

©2024 Derechos reservados, Universidad de Costa Rica. De la UNED carretera a Sabanilla, 200 m este y 125 m sur, tercer edificio a mano izquierda. Última actualización: 16 Enero, 2024.

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